Con la denominación de “amianto” se agrupa a un conjunto de silicatos microcristalinos de composición química variable y dispuestos en fibras microscópicas. Existen distintas variedades en función de su origen químico/mineral, aunque generalmente son serpentinas y anfíboles.
El amianto se ha utilizado extensamente como materia prima constituyente de muchos materiales debido a su bajo coste y a sus excelentes propiedades de aislamiento térmico, eléctrico y acústico.
Se conocen más de 3.000 aplicaciones que usan amianto en su composición, destinadas a diversos sectores como el de la construcción, industrias navales, de automoción, petroquímicas, ferroviarias, etc, aunque quizás el material más conocido que incorpora fibras de amianto en su composición es el fibrocemento, conocido popularmente por el nombre de una de las empresas que lo fabricaban: la URALITA.
El problema se presenta cuando se descubrió que con el deterioro de los materiales que llevan amianto ocasionado por el paso del tiempo o por operaciones de corte y demolición, las microfibras del amianto se liberan en el aire y se introducen en el organismo a través del aparto respiratorio sin que sea perceptible, pudiendo causar tres tipos de enfermedades irreversibles en el sistema pulmonar: cáncer de pulmón, mesotelioma maligno y asbestosis.
Debido a estas graves consecuencias, el uso del amianto para la producción de productos está prohibido y además existe la obligación de retirar todos los elementos que lo contengan para ser destruidos en lugares acondicionados especialmente, es decir hay que retirar todos los tejados, tuberías bajantes y otros elementos de URALITA para ser sustituidos por otros que no sean peligrosos. Las empresas que realicen estas operaciones de retirada deben estar específicamente acreditadas para estas tareas y los operarios deben estar protegidos con trajes y equipos de protección especiales para evitar la inhalación de las fibras, por lo que el coste de las tareas de retirada son tremendamente elevados, además de ser un trabajo lento y laborioso.
En SATECMA hemos querido aportar nuestro granito de arena para intentar minimizar los riesgos de inhalación de las fibras desarrollando un producto específico para aglutinar las mismas, denominado TECMA FIX AM, que persigue consolidar la estructura interna del material que contenga el amianto para que las fibras no se liberen con facilidad y que disminuya el riesgo de ser inhaladas.