Los ácaros son pequeños artrópodos microscópicos con un tamaño comprendido entre 0,25 y 0,35 micras, ciegos, fotofóbicos y emparentados taxonómicamente con garrapatas, arañas y el ácaro de la sarna. Tiene un ciclo de crecimiento (de huevo a adulto) de 25 días a 25º C. Para su crecimiento resulta óptimo a una temperatura de 20-30ºC y una humedad relativa de entre el 70%-80%, siendo la humedad el factor más importante que determina el grado de infestación acarina. Dentro de las casas, se han aislado de las sábanas, edredones, almohadas, alfombras, cortinajes, muebles blandos, peluches y colchones. Los sofás y los colchones, debido a la profundidad de su relleno, retienen mucha humedad, y son un excelente microhábitat para la fauna acarina. En estos, los ácaros encuentran los tres factores que necesitan, humedad y calor (procedente de la transpiración al dormir) y comida (escamas de piel humana).
La utilización de moquetas, el uso de aspiradores (los ácaros son aerosolizados cuando se pasa la aspiradora), la calefacción central, los sistemas centralizados de ventilación y humidificación para ahorrar energía, el mayor tiempo de permanencia dentro de la casas, hace que haya aumentado el número de ácaros en las casas. En España las especies más comunes son Dermatophagoides pteronyssinus, sobre todo en el litoral de Galicia, la franja cantábrica, la costa mediterránea, las islas Baleares y las Canarias. En estas mismas zonas también predominan Euroglyphus maynei y otros ácaros de la familia acaridae y glyciphagidae. Blomia tropicalis, ácaro de regiones tropicales y subtropicales, es prevalente en las islas Canarias. Entre los ácaros de almacenamiento productores de alergia profesional destacan Lepydoglyphus destructor (ácaro frecuente en productos almacenados) y Tyrophagus putrescentiae (ácaro contaminante del jamón) Debemos de considerar que la globalización también influye en estas poblaciones y no deben ser tan estancas las poblaciones de ácaros de cada región climática.
¿Cuál es la causa de la alergia a los ácaros?
El principal alérgeno del polvo doméstico estaba formado por unos ácaros pertenecientes al género Dermatophagoides. Aunque son inofensivos para el hombre, las partículas fecales producidas por estos ácaros son su principal fuente de alérgenos. Cada ácaro produce unas 20 partículas fecales cada día. Estas partículas continúan ocasionando síntomas alérgicos incluso tras la muerte del ácaro. Estudios actuales indican que los niveles críticos de ácaros del polvo doméstico que poseen un factor de riesgo para el asma se encuentran entre 100 a 500 ácaros por gramo del polvo.
Medidas de control ambiental para personas alérgicas al polvo.
El alérgico debe tener un dormitorio individual, bien ventilado al exterior y sin manchas de humedad. La temperatura no debe sobrepasar los 22ºC. La habitación debe contener los muebles indispensables (cama, armario, mesita) Evitar libros, juguetes, pósters, moquetas, alfombras, cortinas, etc. En el caso de los niños, deben prohibirse juguetes de paño o de peluche. Debe ventilarse la habitación para provocar un descenso de la humedad ambiental y de la temperatura. La limpieza del dormitorio se hará por la mañana y con la ventana abierta. Emplear un paño húmedo para eliminar el polvo, de esta manera se evitará que se traslade de un lugar a otro de la habitación. El colchón y la almohada deben ser de goma espuma látex o de material acrílico. Poner los cobertores o fundas de plástico de almohadas, cojines y colchones. Los alérgenos pueden pasar si los poros son mayores de 10 µm, y las larvas y otros productos relacionados con la alergenicidad en poros mayores de 50µm. El colchón y la almohada deben aspirarse durante 10 minutos por cada cara una vez al mes y exponerlos al sol 30 minutos 2 ó 3 veces al año. Las mantas han de ser acrílicas y se deben lavar cada tres meses y airearlas con frecuencia. Al final de la temporada se guardan en otra habitación. El lavado a altas temperaturas ( > 50ºC) del material textil de camas, y otros tejidos consigue matar y limpiar de alérgenos a estos tejidos, se debe realizar al menos 1 vez por semana. Los ácaros no sobreviven a estas temperaturas y los alérgenos son solubles en agua en estas condiciones. Si estas temperaturas no son las habituales de lavado doméstico se recomienda el añadir soluciones de Benzoato de Benzilo al 0.03% en el agua de lavado para obtener los mismos resultados. El lavado en seco, con temperaturas de más de 55ºC durante más de 10 minutos también es efectivo para matar los ácaros, pero en este caso se mantienen los alérgenos. Una vez realizada la limpieza, se cerrará la puerta y la ventana y se evitará entrar en la habitación hasta el momento de acostarse. Con ello se logrará que sedimenten las partículas de polvo en el suelo y que el aire quede libre de ellas durante la noche.
La utilización de vapor de agua a altas temperaturas es un tema controvertido, y no está demostrado su beneficio, al igual que aparatos de ozono